Cuenta la leyenda que esta frase la dijo Alejandro Magno al empezar una batalla de la costa Fenicia. Cuando desembarcó, se dio cuenta que su adversario era mayor que su ejército.Tenía todo en su contra, menos hombres y menos barcos. Entonces en vez de huir, Alejandro mandó quemar sus propios barcos, incendiándolos hasta cenizas. Al no tener escapatoria, para poder vivir, solo tenían una opción: ganar.
Vivimos pensando que tenemos salvavidas, que podemos retroceder y volver a estar a salvo, pero la verdad, es que realmente se vive sin naves. Si quitas de tu mente la posibilidad de retirada solo te queda el ahora, el presente y tus actos. Tu presente es el presagio de tu futuro, tu vida es lo que haces con tus días.
Esta es la filosofía con la que trabajamos. No hay plan B, todo lo que no sea conseguir nuestros objetivos directamente no será.